Centro industrial y comercial en un promontorio junto al mar, Giovinazzo es rico en arte e historia que se remonta a la Edad de Bronce. El primer núcleo de la ciudad actual fue fundado por los Peucetios con el nombre de Netium. Destruida por Aníbal durante las guerras púnicas, posteriormente fue denominada Iuvenis Netium, de ahí el actual nombre Giovinazzo.
Llegando al centro de Giovinazzo, se llega a la plaza Vittorio Emanuele II, donde se asoma el Palacio del marqués de Rende, en estilo neoclásico con una columnata de estilo dórico. En la misma plaza se encuentra también la iglesia de S. Domenico. Este con anexo convento de los Dominicos es una estructura de estilo neoclásico en cuyo interior se conservan telas del siglo XVIII de pintores locales, hay también una obra de Lorenzo Lotto.
A pocos pasos de la plaza Vittorio Emanuele II, se encuentra el arco de Traiano, una de las puertas de la ciudad vieja. Al pasar la puerta, entrando en el antiguo pueblo se encuentra la iglesia del siglo XVI de la Virgen de Constantinopla y desde aquí, tomando por vía Catedral, se llega precisamente a la Catedral. Edificada en el siglo XII, mantiene muy poco del estilo románico original. Fue fuertemente reconstruida durante el siglo XVIII. También el interior ha sufrido notables modificaciones a lo largo de los siglos, es a tres naves. Muy interesantes las telas y las tablas conservadas en su interior.
Detrás de la Catedral se encuentra la plaza Duomo, donde se asoma el Palacio Ducal, una majestuosa construcción de la segunda mitad del siglo XVII construida sobre los restos de la muralla. El lado que mira hacia el mar resulta ser imponente con grandes puertas ventanas y los dos baluartes que lo flanquean; en el lado meridional en cambio se coloca la entrada en un gran patio.
Perfectamente integrado con el resto de la ciudad es el pequeño puerto sobre el cual se asoma todo el centro histórico.
El litoral presenta playas libres y costas equipadas, alternando tramos de costa rocosa con playas de arena y guijarros.
Hasta los años 60 de ‘900 este lugar era conocido por el nombre de "Specchia Scalfanario" por la presencia de un gran cúmulo de piedras de unos 35 m de diámetro y más de 4 m de altura.
En 1961, durante los trabajos de demolición parcial de la specchia para obtener de él piedrecillas, se vio que el cúmulo de piedras cubría un dolmen de la Edad del Bronce, una gran tumba colectiva del tipo "a galería" Se construyó hace unos 4000 años siguiendo modelos arquitectónicos europeos. La tumba, con su evidente monumentalidad, representaba un punto de referencia para las comunidades establecidas en el territorio, a cuyo entierro podían acceder quizás individuos de estatus más elevado en el ámbito de las sociedades de la edad de Bronce. Colocado en ligera altura desde la cual se podía ver también en el fondo al norte la costa y el mar, debía ser bien visible desde diferentes puntos.
El monumento sepulcral en los años 60 fue restaurado y esto impidió la degradación de la estructura, que permaneció expuesta durante siglos al aire libre.